Curso de consumo responsable

¿Qué es el consumo responsable?

El consumo responsable tiene como objetivo integrar aspectos sociales, ambientales y éticos en las decisiones de compra. Los consumidores comprometidos con este modelo son personas informadas que buscan minimizar la huella ambiental de sus acciones y tener un impacto positivo en la sociedad. 

Cuando se trata de abordar el consumo excesivo, las compras sostenibles se guían por los siguientes principios:

• Reducción: El objetivo es limitar el consumo, evaluando la necesidad de ciertas compras.

• Eficiencia Energética:  Los consumidores también buscan productos eficientes y de bajo consumo que puedan ser reutilizados o reciclados.

• Sostenibilidad: finalmente, los consumidores verifican que los componentes no tengan un efecto negativo en el medio ambiente una vez que el artículo alcanza su vida útil.

La economía lineal de usar y tirar tiene consecuencias ambientales, ya que genera residuos. Estos residuos se descomponen en condiciones anaeróbicas, generando metano y otros gases que contribuyen al calentamiento global y, en consecuencia, al cambio climático. La transición de un modelo de economía lineal a uno circular puede mitigar estos efectos negativos del consumo. Hasta ahora, las acciones para impulsar la economía circular en Europa se han centrado principalmente en la producción sostenible y el papel de las empresas e industrias, desplazando el papel de los consumidores, que son fundamentales en esta transición hacia un modelo económico de desarrollo sostenible. 

Beneficios del consumo responsable

Si quieres contribuir a la  descarbonización de la economía para frenar el cambio climático, todos debemos adoptar hábitos de consumo responsable, incluidos los gobiernos, las empresas y la sociedad en su conjunto. 

• El consumo de productos frescos de temporada favorece la producción de alimentos con alto valor nutritivo, así como la regeneración de cultivos y pastos.

• La compra de productos locales minimiza las emisiones del transporte y fortalece la infraestructura local.

• Las iniciativas de consumo responsable limitan la generación de residuos, optando por envases biodegradables o envases fabricados con materiales reciclados.

• Los productos fabricados según los principios de consumo responsable son más eficientes y, por tanto, aumentan  el ahorro económico.

• Los productos de proximidad o kilómetro cero evitan las emisiones de refrigeración o transporte y contribuyen a dinamizar la economía local. La administración puede fomentar el consumo local mediante la entrega de vales de descuento para canjear en los comercios locales. 

• Promover el uso de fuentes de energía renovable  ayuda a impulsar la transición energética y el uso eficiente de nuestros recursos naturales. Además, es importante hacer un uso responsable de la energía, reduciendo los consumos innecesarios y apostando por empresas que aplican criterios de eficiencia y sostenibilidad en toda la cadena de valor. 

• Usar el transporte público o la bicicleta va más allá de los beneficios ambientales, ya que contribuye a mejorar la movilidad en las ciudades y elevar el índice de calidad de vida de los ciudadanos. Otras alternativas de movilidad sostenible, como el carsharing, ayudan a reducir la congestión del tráfico y ahorran en costes de mantenimiento del vehículo privado.

• Revisar el etiquetado de los productos que vas a comprar es fundamental para saber si están elaborados siguiendo estándares de sostenibilidad en toda la cadena de valor. Además, el certificado de eficiencia energética evalúa las características energéticas de un edificio.