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El oficio de zapatero es una tradición antigua que ha venido cambiando muchísimo en los tiempos modernos, por lo que se ha adaptado a las industrias artesanales y, en gran parte se ha insertado en el marco de la automatización y la producción en gran escala. Porque, para ser sinceros, ya no vemos a estos profesionales en cada esquina ofreciendo revisión de zapatos, limpieza o cosas por el estilo, sino que los trabajos se han vuelto mucho más especializados.
Ahora, es momento de entender que estos profesionales se encargan de la reparación, modificación y confección de calzado, así como la introducción de plantillas tras su delineación. Quien ejerza el oficio de zapatero también tiene el conocimiento para poder encargarse del cuero de bolsos, carteras y cinturones, dando los mejores acabados posibles y garantizando la vida útil de todos los implementos con los que lleguen a trabajar.
El oficio de zapatero ha pasado por diferentes momentos durante toda la historia de la humanidad. La misma se puede remontar a tiempos bastante antiguos, pudiendo señalar los primeros encuentros arqueológicos de “calzado” de hace unos 15.000 años o más, de cuando los hombres de las cavernas comenzaban a proteger su piel amarrando a sus pies distintas pieles con una especie de cordel.
En cuanto a los zapatos de cuero, vemos que el más antiguo en todo el mundo está datado en 5.500 años de antigüedad y fue descubierto en Alemania, en la provincia de Vayotz Dzor, cerca de la frontera con Irán y Turquía. Obviamente, no se parece a los zapatos de hoy en día, pues está realizado de una sola pieza de cuero de vaca, mostrando cordones y una forma rudimentaria de trabajo para encajar en el pie del propietario.
En la Edad Media, el oficio de zapatero era considerado como una profesión de alta clase, privilegiada, y bien remunerada, pues no todos obtenían el dominio artesanal para brindar un buen calzado a las personas que tenían que realizar largos viajes o cosas similares. Sin embargo, durante un período de tiempo, se consideró al perfil del zapatero como insalubre por el trato de la curtición de pieles.
El oficio del zapatero ha evolucionado en respuesta a cambios significativos en la industria de la moda y las tendencias de consumo. Con la transición de la confección personalizada de ropa y de la alta costura hacia el pret-a-porter y la producción masiva de calzado, las grandes marcas han impulsado la fabricación a gran escala, lo que ha dado lugar a una mayor disponibilidad de calzado económico y una mayor uniformidad en los diseños. Esta transición ha llevado a la cultura del "usar y tirar", donde los zapatos se rebajan a la categoría productos desechables debido a una merma considerable en su calidad, que les resta durabilidad y resistencia al paso del tiempo.
Muchos zapateros han continuado operando sus pequeños talleres, preservando la tradición de la fabricación artesanal y la atención personalizada. La clientela que busca los servicios de un zapatero especializado tiende a estar dispuesta a pagar más por el calzado de alta calidad y sus reparaciones manuales, valorando la artesanía y la durabilidad por encima de la moda efímera.
Pero, en la actualidad, existen dos clasificaciones:
Por un lado, el zapatero remendón, quien es el que se dedica al arreglo de calzado y confección de zapatos por encargo. Para enmendar el calzado defectuoso sustituyen suelas, reparan tacones y cosen rasgaduras según las necesidades de cada pieza de calzado. Estos suelen mantenerse en comunidades independientes y negocios con fabricación artesanal. Además de las reparaciones, también ofrecen servicios de mantenimiento, como la limpieza, el pulido y el abrillantado de zapatos, que tienen por fin prolongar la vida útil del calzado y mantenerlo en buen estado.
En otro lado, tenemos a los zapateros especializados en las distintas fases de la producción a gran escala y en serie. Pueden prestar asesoramiento técnico, así como verificar la calidad del producto y diseñar moldes de zapatos nuevos. Además de su participación en la cadena de producción, algunos zapateros especializados en esta área ofrecen asesoramiento técnico para garantizar el correcto funcionamiento de las máquinas y el cumplimiento de los procedimientos adecuados. También se encargan del control de calidad, inspeccionando los zapatos para asegurarse de que cumplan con los estándares de la empresa y sean funcionales y estéticamente atractivos.
El consumo y demanda de zapatos ha permeado distintas capas de la sociedad y por tal motivo esta industria ha mecanizado sus procesos y empleado la producción serial. Es por este motivo que, para entender más el mundo de la venta de calzado, tendremos que ver los utensilios y métodos de fabricación del oficio de zapatero.
En la actualidad, la industria de la moda se ha caracterizado por emplear materiales llamativos y lujosos. No obstante, se tiene que buscar de preservar la alta calidad del material de fabricación para ofrecer productos que puedan cubrir las necesidades de todas las personas y las distintas actividades que pueda realizar el hombre.
La mayoría de los profesionales en el oficio de zapatero se guían por plantillas. Así, al seguir el contorno especificado y teniendo presente las dimensiones que han de adquirir las piezas, procederán a realizar los distintos cortes según corresponda en cada extremo.
En esta parte del entramado se rebaja las pieles en su excedente y se realiza el cosido de las partes cortadas, con lo que se busca la unión de cada parte de la misma.
Después del paso anterior, se utiliza una horma para armar toda la estructura del zapato con el ensamblaje de las distintas piezas que lo conforman (puntera, suela, talón, plantilla).
En esta etapa culmina el proceso, se introduce la pieza fabricada en la caja de la zapatería y se envía a la tienda o al cliente final.
Aunque en muchas partes se utilizan procesos automatizados, algunas de las marcas más famosas conservan su diseño artesanal. Por ejemplo, el cortado se sigue realizando de manera manual. A su vez, el guarnecido se realiza empleando distintas máquinas de coser, como en la industria textil. En cualquier caso, el montado es la parte más mecanizada, pues con la utilización de distintos artefactos para el ensamblaje se logra un acabado más estético y profesional.
En la sección anterior hemos detallado el proceso de fabricación que se lleva a cabo en el oficio de zapatero. En este apartado ahondaremos en las habilidades necesarias para realizar toda la labor con éxito y ofreciendo los mejores resultados posibles.
En primer lugar, se necesita manejar con habilidad las distintas herramientas de la profesión. Del mismo modo necesitan gran responsabilidad y meticulosidad para lograr el mayor resultado en todos los calzados. Son organizados y pueden mantenerse actualizados con el dominio de nuevas herramientas que le ayuden durante todo el trabajo.
El oficio de zapatero requiere de distintas aptitudes que le llevarán a ofrecer resultados excelentes a todos los clientes. Obviamente, para hacer un zapato perfecto se necesita un buen ojo, así como una buena precisión para cortar o coser donde realmente tiene que ser. Al mismo tiempo se requiere creatividad e innovación para confeccionar y diseñar moldes de calzado que puedan marcar tendencia y que sean lo suficientemente ergonómicos para adaptarse a los contextos de uso para los que están pensados.
No solo con las manos trabaja el zapatero, sino que tiene a su disposición un amplio rango de herramientas que emplea en su día a día en diferentes tipos de calzado para arreglar según qué defectos. A continuación, te mencionamos algunas herramientas que puede utilizar un zapatero remendón:
Como hemos llegado a mencionar con anterioridad, el oficio de zapatero ha cambiado muchísimo con el pasar de los años y actualmente es una industria que requiere de una gran especialización y un fuerte dominio en el área. Y esto no solo abarca al campo técnico para elaborar nuevos zapatos o cosas por el estilo, sino que también engloba el mercadeo, los procesos de marketing, publicidad, promoción, estrategias de ventas y mucho más.
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Cristina Polo Calvo
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