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Desde los principios de la existencia del ser humano, por naturaleza se ha buscado la seguridad, los primeros hombres por ejemplo, se ocultaban en cuevas para no ser alcanzados por depredadores en la noche y otros peligros, este instinto ha persistido a lo largo del tiempo hasta el día de hoy, aunque la preocupación por la protección se ha expandido hasta los bienes materiales o el trabajo, por eso existen los cuerpos de seguridad del estado, por ejemplo, para salvaguardar y proteger a la población, la protección privada, un servicio a disposición de particulares que pueden contratarlo para cuidar por ejemplo de un establecimiento, del hogar, o de ellos mismos, como hacen los guardaespaldas.
Pero a fin de cuentas lo más utilizado en este aspecto son los sistemas electrónicos e infraestructuras, que con la ayuda de los avances tecnológicos se convierten en fuentes muy fiables a la hora de proteger aquello que más importa, convertirse en un experto es sencillo mediante los diferentes CURSOS DE SISTEMAS DE SEGURIDAD homologados.
En caso de ocurrir cualquier accidente, hay dos tipos diferentes de elementos que actúan para mitigar los daños, que se aprenden en los cursos de sistemas de seguridad, por un lado aquellos que se utilizan de forma directa (activa) y los que no son consecuencia de una activación por parte de la persona (pasiva).
Por ejemplo, un sistema de seguridad activa sería un extintor, ya que para utilizarlo en caso de incendio es la propia persona quien debe controlarlo para poder apagar el fuego, mientras que en este mismo ejemplo, un caso de seguridad activa sería una alarma anti-incendios o un detector de humo, que activa una serie de aspersores que son los encargados de acabar con el problema.
Otro caso muy característico se encuentra en la automoción, donde el factor seguridad es diferencial a la hora de prevenir muertes en la carretera, un coche cuenta con elementos activos y pasivos a la hora de prevenir las consecuencias de un accidente, un activo es evidentemente el pedal del freno ya que al accionarlo se disminuye la velocidad y se reducen las consecuencias del choque o incluso este, mientras que los airbags serían un elemento pasivo, que se activa una vez producido el impacto para minimizar el movimiento de los integrantes del vehículo y que se cause menos daño.
En cuanto a sistemas de seguridad se refiere, lo que suele venir comúnmente a la cabeza son, por ejemplo, las alarmas para edificios, todo este tipo de elementos electrónicos que se usan para proteger un espacio determinado, forman parte de lo conocido como seguridad perimetral, estos pueden clasificarse además en función de la cobertura de detección que tengan.
Los sistemas abiertos que dependen de los factores ambientales para no provocar alertas falsas, como las cámaras de vigilancia o las barreras de infrarrojos, mientras que los sistemas cerrados son más sofisticados y suelen estar ocultos a condiciones climatológicas, como la fibra óptica.
La SEGURIDAD EN LOS HOGARES, por ejemplo, suele ser de carácter pasivo y con sistemas abiertos, es decir, lo común son las cámaras de vigilancia, las alarmas anti-robo o las anti-incendio, que actúan por cuenta propia pero que pueden ser propensos a error, por ejemplo el humo de un cigarrillo puede activar una alarma anti-incendio sin ser peligroso.
En establecimientos como comercios, en función del tamaño, suelen utilizarse una mezcla entre los sistemas abiertos y elementos activos o la SEGURIDAD PRIVADA, que supone contratar el servicio de personal especializado en la materia. Mientras que en grandes superficies o emplazamientos pueden ya aparecer todo tipo de elementos, tanto activos como pasivos, seguridad privada y sistemas abiertos y cerrados, todo en función de la importancia de lo que se quiera proteger, evidentemente. Los cursos de sistemas de seguridad sirven también para comprender cuales son las mejores medidas a tomar en función del espacio que se quiera proteger y la importancia de lo que se encuentre en su interior.
Se ha hablado anteriormente que uno de los elementos que se utilizan como sistema de seguridad cerrado es la fibra óptica, aunque su uso principal y para aquello por lo que se ideo era la transmisión de datos en redes, telefonía e Internet, se está diversificando gracias a la facilidad de instalación, velocidad y cantidad de información que puede transmitir, en un curso de fibra óptica se puede aprender cómo esta está formada por un cable por el que pasa la luz, cuya reflexión se controla a través de su recorrido.
Esto, que supuso un cambio en los sistemas de telecomunicación, lo está suponiendo ahora también en la seguridad perimetral, esto es gracias a que permite la monitorización de las ondas que transcurren a través del terreno, por lo que se puede ver a tiempo real cambios en la temperatura o en la estructura de las ondas que se propagan, esta información se analiza a través de distintos softwares que pueden dar forma a tal circunstancia, que pueden ser personas, maquinaria o animales, pudiendo conocer así si alguien está entrando de forma no autorizada en algún lugar o se están realizando operaciones de forma indebida, y actuar contra estas situaciones con inmediatez.
Las ventajas de la fibra óptica con respecto a los cables de cobre convencionales son cuantiosas en cuanto que permiten una mayor velocidad a la hora de transmitir información, pero es que además la cantidad de datos que permite es mucho mayor y su instalación es más o menos sencilla. En su contra juega el precio que tiene, que evidentemente es superior dadas sus ventajas pero además, al ser un tipo de tecnología más sofistica, no dispone de tanta virtud a la hora de ser reparada, un cable de cobre por ejemplo se puede romper y se empalma con facilidad, mientras que un cable de fibra óptica debe ser tratado a menudo por expertos para poder subsanar cualquier avería.
Javier Cano
Graduado en Marketing e Investigación de Mercados
Departamento de Social Media y Comunicación
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